Elegir a tu Guía. Encontrar al compañero de tu viaje interior
Elegir a tu Guía. Encontrar al compañero de tu viaje interior
"Un acompañante no es alguien que tiene la respuestas, sino quien puede estar con otros en sus preguntas" Henri Nouwen
En las épocas de la primaria después de la escuela, mi madre me mandaba algunas tardes de la semana a clases de regularización. Ella definitivamente no tenía la paciencia para enseñarme y yo requería apoyo personalizado porque nunca me gustaron estos salones masificados, así que era un trato perfecto, la enseñanza de uno a uno era algo maravilloso para mí.
Las sesiones eran en la casa de las maestras, podía ver todas sus vidas, saber quiénes eran en realidad, conocía a sus esposos y sus hijos, miraba cómo arreglaban sus cosas y sus gustos para decorar, era como meterme detrás del telón de un teatro y entenderlo todo lo que ocurría para un actor.
Pero la magia ocurría cuando tenía su atención, hablábamos con calma y hacíamos ejercicios juntas, ellas se fijaban en dónde estaban aquellas oportunidades para aprender y trabajábamos en eso en la hora de clase.
La transición de maestras a terapeutas fue para mí un paso muy natural.
Durante más de 25 años, he explorado mi camino de transformación en sesiones con terapeutas, coaches, sanadores y maestros de todo tipo y nacionalidades. A lo largo de este viaje asimilé algo fundamental, ningún maestro puede llevarnos más allá de donde él mismo ha llegado. El verdadero trabajo del terapeuta o coach comienza en su propio interior.
Mi maestro de filosofía del yoga en la India solía decir que para que el aprendizaje verdadero tenga lugar, deben encontrarse un maestro competente y un estudiante preparado. Esto significa que el maestro debe estar dispuesto y presente para enseñar, y que el estudiante, cuando está realmente listo, reconoce y permite que el maestro aparezca en su camino.
En el acompañamiento, ya sea terapéutico o de coaching, funciona igual, es un acto de co-creación. El cambio florece cuando ambos, guía y buscador, se entregan al mismo propósito. Si uno de los dos se desconecta, la corriente que sostiene el crecimiento se debilita.
En esta reflexión, hablaré sobre el guía.

Existe un arquetipo poderoso en psicología, el wounded healer, el “sanador herido”. Aquel que ha sufrido y ha enfrentado su propio dolor, y entonces puede acompañar mejor a otros, porque conoce el territorio del sufrimiento desde adentro.
Cuando su herida se convierte en fuente de empatía, compasión y comprensión, puede transformar su experiencia en sabiduría.
Carl Jung lo decía:
“El médico solo es efectivo cuando él mismo ha sido afectado. Solo el médico herido puede curar.”
La verdadera maestría no se define por la herida en sí, sino por cómo se ha trascendido y utilizado como puente, no como peso. Quien ha hecho un trabajo profundo en su interior, emocional, psicológico y espiritual, puede acompañarnos con mayor profundidad y seguridad.
Algunos de mis clientes y varios amigos me han contado su falta de esperanza en la terapia por experiencias donde el trabajo terapéutico quedó atrapado en círculos de análisis sin transformación, ciclos de dependencia o técnicas ineficaces. Yo también he estado ahí, con guías brillantes pero narcisistas que solo me han aconsejado, otros demasiado abstractos cuando yo necesitaba herramientas prácticas, y otros más de los que simplemente tuve que abandonar el proceso porque las técnicas no eran buenas. Pero también encontré maestros excepcionales, cuyas enseñanzas siguen acompañándome y guiándome hoy.
La ayuda efectiva
Gerard Egan, profesor de la Universidad de Loyola en Chicago, preocupado al ver que gran parte de la literatura sobre la ayuda se centra en los modelos, métodos y habilidades del proceso de acompañar, y poco se enfoca en los resultados reales, desarrolló un modelo para resolver esta problemática en su libro “The Skilled Helper: A Problem-Management and Opportunity-Development Approach”.
Su marco habla de dos cualidades de la ayuda, dirigida por el cliente e informada por los resultados, esto significa:
1) Dirigida por el cliente: es la persona quien orienta el proceso, eligiendo lo que quiere trabajar, el ritmo y las metas, mientras el facilitador actúa como guía, no como autoridad.
2) Informada por los resultados: el progreso se evalúa a partir de los efectos reales que las sesiones tienen en la vida del cliente, ajustando el enfoque según esos resultados.
Los objetivos de las sesiones según Egan son:
- Resultados que mejoren la vida del cliente. Ayudarle a resolver el problema por el que acudió a la terapia, que aprenda a manejar problemas de manera efectiva.
- Aprender a ayudarse a sí mismo. Que desarrolle recursos, identifique oportunidades y adquiera habilidades para la vida diaria.
- Desarrolle una mentalidad de prevención. Fomente la acción y la proactividad frente a problemas futuros.
Para Gerard, algunos facilitadores son competentes; otros no lo son. Hay buenos y malos facilitadores, al igual que hay buenos y malos maestros, trabajadores sociales, gerentes, policías, ministros, etc.
Los facilitadores que subestiman la gravedad de los problemas de los clientes, tienen dificultades interpersonales, usan técnicas deficientes, sobreutilizan alguna técnica, trabajan en los problemas equivocados, no se mantienen al día con los avances de la profesión, no están ayudando a sus clientes a llegar a ningún resultado, etc., están conduciendo a un resultado negativo. Para la psicología y el mundo del desarrollo personal no existe la neutralidad, o la persona mejora o empeora.
Por eso, un guía efectivo debe estar comprometido con su propio crecimiento intelectual, social, emocional y espiritual; y no te impone su verdad, sino que te acompaña a descubrir la tuya.
“Los facilitadores deben estar comprometidos con su propio crecimiento continuo. Necesitan convertirse en seres humanos potentes: personas que no solo poseen los recursos, sino también la voluntad de actuar.” Gerard Egan
El libro “Understanding Counselling”, de Aileen Milne, retoma a Carl Rogers y sus tres pilares de la terapia centrada en la persona:
- Congruencia: ser auténtico y coherente.
- Aceptación positiva incondicional: calidez, apoyo y no juicio.
- Empatía: comprender genuinamente la experiencia del otro.
Un buen guía abandona la superioridad y reconoce nuestra humanidad compartida.

Puntos clave a verificar al elegir un guía
- Que tenga experiencia y comprensión de lo que deseas trabajar. Es mucho mejor elegir personas especializadas en lo que quieres trabajar.
- Que tenga capacidad de validar sin juzgar: acompaña, no impone.
- Que fomente la autonomía y claridad emocional.
- Que impulse a la autoexploración, más allá de la sesión.
- Que mantenga claridad y estructura, con objetivos y seguimiento a resultados.
- Que empodere, sin generar culpa ni confusión.
- Que transmita empatía y seguridad, que te haga sentir vista y te dé seguridad.
Los mejores guías son seres humanos en crecimiento continuo, comprometidos con su desarrollo integral. Como dice Egan, poseen recursos y voluntad de actuar, y te acompañan a hacer lo mismo.
Diferencias entre coaching, psicología y terapia
· Coaching
“El coaching consiste en desbloquear el potencial de una persona para maximizar su propio desempeño.” John Whitmore
El coach acompaña a una persona o grupo a descubrir y desarrollar su potencial mediante preguntas poderosas, reflexión y acción.
No trabaja en sanar traumas ni en diagnosticar, sino en facilitar el crecimiento, la claridad y la acción hacia objetivos concretos.
· Psicología
“La psicología es el estudio científico del comportamiento y de los procesos mentales.” David G. Myers
El psicólogo, es un profesional de la salud mental que estudia científicamente el comportamiento humano, las emociones y los procesos mentales. Puede realizar evaluaciones psicológicas, diagnósticos clínicos y ofrecer terapia psicológica según su especialidad (clínica, educativa, organizacional, etc.).
· Terapia
Psicoterapeuta, consejero, o terapeuta humanista, según su enfoque, es quien acompaña procesos emocionales y de sanación. Su práctica se centra en la relación terapéutica y la comprensión profunda de la experiencia humana, no solo en el cambio de conducta.
Las técnicas de psicoterapia, coaching y psicología se han ido entrelazando a lo largo del tiempo, enriqueciendo mutuamente el campo del crecimiento personal. Entonces, en muchas escuelas de coaching, incluidas aquellas donde me he formado, se enseñan herramientas terapéuticas inspiradas en enfoques como la terapia narrativa o la terapia cognitivo-conductual. Del mismo modo, en los programas de psicología contemporánea se integran recursos del coaching, y ambos campos se nutren cada vez más de prácticas contemplativas como la respiración consciente, la meditación o las enseñanzas de maestros espirituales.
Aún así, es importante reconocer que existen técnicas que pertenecen exclusivamente al ámbito de la psicología y la psicoterapia, como el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), un método altamente eficaz para tratar el trauma, cuya formación está reservada a psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras. Cada disciplina tiene su campo de acción y su profundidad, y cuando se respetan sus límites y se trabajan de manera complementaria, pueden ofrecer un acompañamiento verdaderamente integral.

El coaching. Mi herramienta para definición de carrera
He elegido el coaching como herramienta para acompañar a las personas en la definición de su camino profesional porque ofrece métodos comprobados y transformadores que facilitan ese proceso. Pero, más allá de la técnica, lo elegí porque fue lo que más me ayudó a mí misma cuando decidí cambiar el rumbo de mi carrera.
Muchas veces he pensado cuánto me habría ayudado tener un acompañamiento así cuando elegí estudiar Derecho. Alguien fuera del círculo familiar o de amistades, quienes, por amor o por lealtad, no siempre pueden ofrecer una mirada neutral pues tienen agendas con nosotros y nosotros con ellos, además que no han recibido un entrenamiento para sostener este tipo de conversaciones ni las herramientas para ayudarnos a obtener los resultados que buscamos.
Alguien con quien hablar de mis inquietudes, que comprendiera tanto el mundo profesional como el humano; una persona con mente abierta, sensibilidad artística y una base espiritual sólida. Alguien que me acompañara con paciencia y dedicación, ayudándome a conocerme mejor y a descubrir qué era lo que realmente necesitaba para encontrar un camino alineado con mi esencia.
Estoy segura de que haber contado con esa guía me habría ayudado a reducir la ansiedad, ganar claridad y sentirme más en paz conmigo misma. No sólo eso, también habría trazado un rumbo mucho más claro, concreto y eficaz que posteriormente se hubiera reflejado en mis elecciones de trabajo, amigos, lugares para vivir; etc.
Por eso, hoy pongo todo mi corazón, mi alma y mi experiencia en seguir aprendiendo, integrando y ofreciendo las herramientas más poderosas y transformadoras a las personas que acompaño.
Elegir un guía no es solo seleccionar a un profesional; es encontrar un compañero de viaje, alguien que te ayude a mirar tu mapa interior con profundidad, claridad y dirección.
“Solo en relación con otros podemos conocernos; no hay espejo que reemplace la mirada de otro ser humano” Irvin D. Yalom, El Don de la Terapia
Inspiración:
- Libro "The Skilled Helper: A Problem-Management and Opportunity-Development Approach”, Gerard Egan
- Libro “Understanding Counselling”, de Aileen Milne
Para más publicaciones de Fresh Lemos visita el Blog aquí
